Mascarillas quirúrgicas y su daño al medio ambiente
Como medida de prevención sanitaria ciertas medidas han sido aprobadas por organismos especializados como el Ministerio de Sanidad o la Organización Mundial de la Salud (OMS) como, por ejemplo, el continuo lavado de manos o el distanciamiento social. Y, por supuesto, el uso de mascarillas quirúrgicas, de tela u otros materiales certificados.

El uso de mascarillas obligatorias es algo que parece excesivo pero se ha comprobado que su uso correcto es una forma eficaz de protección. Y no sólo del moderno COVID-19, sino de otros contagios de enfermedades de transmisión por estornudos o tos como la gripe. Un ejemplo probado de su uso lo vemos en países asiáticos como Japón donde estar enfermo y no usar mascarilla en público se considera una falta de respeto.
Los niños y niñas mayores de 3 años deben usar un modelo de tamaño acorde a sus medidas ya que el incorrecto posicionamiento puede hacer que su efectividad disminuya. Por supuesto, un adulto debe supervisar su uso tanto en la colocación como en la retirada para que hayan las máximas garantías. Las mascarillas quirúrgicas o de tela obligatoria tienen que cubrir la boca, la nariz y la barbilla para su máxima protección.
Deben ajustarse bien para un uso óptimo. Como sujeción tienen asas que se cuelgan de las orejas o un arnés que va alrededor de la cabeza. El no colocarse la mascarilla obligatoria completamente (como dejando la nariz fuera como hacen muchos) hace que su eficacia esté incompleta y, por lo tanto, no se recomienda en absoluto.
El material utilizado suele ser de tipo textil, con varias capas. Hay de uso único o reutilizables mediante lavados. Las que son llamadas reutilizables por el fabricante tienen un límite de lavados que debe ser claramente indicado. Una vez superado ese límite el fabricante no garantiza su completa funcionalidad por lo que la desechamos y la sustituimos por una nueva.
El fabricante también indicar la metodología del lavado, como la temperatura y si se puede usar planchado, ya que hacer la limpieza incorrectamente dañará el producto y, por tanto, perderá eficacia.

El problema de las mascarillas desechables
Las mascarillas quirúrgicas no reutilizables hay que desehcarlas tras su completo uso, que suele ser de no más de 4 horas. Tienen que tirarse en el contenedor general (el gris), nunca en el de plástico, y correctamente selladas en una bolsa de plástico. Si no las desechamos correctamente puede poner en peligro a los trabajadores de gestión de residuos.
Otro problema relacionado con su vida útil es el daño al medio ambiente. En todo el mundo se generan cientos de millones de mascarillas desechables cada día. Su mal desecho puede acabar contaminando como en las playas de la islas de Solo, cerca de Hong Kong donde se pueden encontrar hasta 70 en 100 metros de playa.
Para disminuir el uso de estos plásticos Greenpeace fomenta el uso de mascarillas reutilizables. Estas mascarillas reutilizables siguen teniendo un funcionamiento seguro pero con la ventaja de usar menos de ese plástico que puede llegar a ser perjudicial. Vigilar nuestra salud no debe ser una excusa para no conservar nuestra naturaleza.
Y no olvidemos que contaminar el medio ambiente puede hacer que otras enfermedades aparezcan (como un posible aumento de cáncer relacionado con los microplásticos en la fauna marina).
Finalmente, tengamos en cuenta el componente de moda relacionado con nuestro nuevo modo de vida. Mascarillas de tela que son un aliado ideal para reforzar la individualidad sin dejar de lado la seguridad. Desfiles como el de Madrid Fashion Week ya añaden este complemento como parte de sus diseños de alta gama. Sin duda, las mascarillas de tela presonalizadas se han convertido en una nueva forma de declarar la identidad de cada uno.